La necesidad de evaluar el desempeño de los programas de eficiencia energética gubernamentales y de las empresas de servicios públicos aceleró la aparición de los métodos de M&V (Measurement and Verification). Sin embargo, en este contexto, las nociones de "M&V" a menudo están más en línea con el monitoreo de desempeño que con la medición de desempeño.
Esta distinción existe hasta el día de hoy y diferencia la evaluación a nivel de programa versus la medición de desempeño específica del proyecto.
Hasta la segunda mitad de la década de 1990 los conceptos y métodos subyacentes para las evaluaciones del desempeño a nivel de proyecto se definían de forma vaga en varios protocolos y directrices. Eventualmente, surgió la necesidad de racionalizar las actividades de M&V, fue así como el Protocolo Internacional de Medición y Verificación del Desempeño (IPMVP) se estableció por un consenso mundial en 1996. El IPMVPse convirtió rápidamente en el estándar de oro para M&V.
Un marco flexible

La fuerza del marco IPMVP es su flexibilidad. El marco IPMVP ofrece cuatro opciones diferentes: A, B, C y D. Dos se centran en la medición de medidas de eficiencia energética específicas y aisladas (A y B), y dos en el impacto de múltiples medidas de eficiencia energética en el edificio como un todo, es decir, en su totalidad cuando el aislamiento de una medida específica de eficiencia energética no es posible o práctico (C y D).
La elección de una opción de IPMVP depende de muchos factores, incluido el costo de M&V y el nivel de precisión que necesitan las partes involucradas en un proyecto. Cada proyecto de eficiencia energética es único y conlleva su propio equilibrio de incertidumbre y precisión.
M&V no es complejo ni costoso
A pesar de la flexibilidad de las cuatro opciones del protocolo algunos afirman que M&V no es práctico, demasiado costoso e incluso imposible. Echemos un vistazo más de cerca a estas afirmaciones.
No es práctico ni fiable: Es posible validar la cantidad de eficiencia obtenida mediante el uso de las mejores prácticas de M&V. Aunque es posible que nunca sea 100% preciso, tiene el mérito de proporcionar un método estandarizado, confiable, repetible y verificable que se necesita para cualquier propósito específico.
Demasiado caro: El costo de M&V se puede adaptar a cada proyecto de eficiencia energética y varía según el nivel de precisión requerido y el tamaño de la inversión. El costo típico de M&V es de alrededor del 3 al 5% del costo de capital de un proyecto, lo que afecta la tasa interna de retorno (TIR) en solo alrededor del 1%. Por lo tanto, tiene poco o ningún impacto sobre la base económica de una decisión de inversión.
No es posible: Si bien es cierto que desarrollar e implementar planes de M&V en proyectos de eficiencia energética a veces puede ser complejo y técnicamente desafiante para muchos, es fundamentalmente erróneo suponer que es imposible hacerlo. En la mayoría de los casos, y con las habilidades y los conocimientos apropiados, el desarrollo y la implementación de un plan son relativamente fáciles de desarrollar.