En México, la eficiencia energética en las zonas urbanas es fundamental para el crecimiento sostenible, la promoción de ciudades habitables y la competitividad.
La energía, sin importar de que fuente se genere, es uno de los recursos que la sociedad utiliza para satisfacer todas las actividades que realiza día con día. Cuidar la eficiencia energética no solo nos hace responsables social y ambientalmente, también nos indica si tenemos procesos operativos óptimos.

A pesar de los enfoques de generación de energía eléctrica y obtención de combustibles para subsanar la falta de estos recursos, lo cierto es que las cifras se quedan cortas; actualmente mil millones de personas no tienen acceso a la electricidad, según cifras del Banco Mundial. Si no cuidamos este recurso energético será más difícil hacerlo llegar a las personas que carecen de él. Por otro lado, la generación de energía a través de fuentes limpias como lo es la energía solar y eólica implican un costo, ya que los materiales con que se realizan estas tecnologías tienen un precio y también son limitados, por esto mismo no estamos exentos a sufrir estrés energético en el futuro.
Aunque las formas de generar energía son bastas y variadas, la tecnología para generarla tiene un costo tanto en la instalación, operación y mantenimiento de estos generadores. Además, como todo producto que sale al mercado tiene un tiempo de vida, es decir, al transcurrir el tiempo existe degradación por lo cual la capacidad de generación se va perdiendo. Dicho de otra forma, usted puede tener un sistema fotovoltaico que hoy genera 100 Mega-Watts, pero al transcurrir 10 años tal vez solo genere unos 80 Mega-Watts porque la degradación lo hace deficiente. Si hoy un proceso es autosuficiente porque su capacidad instalada cubre su consumo energético en un futuro ya no lo será, al menos que incremente su capacidad de generación instalada. La tendencia de todos los procesos es incrementar su consumo de energía conforme transcurre el tiempo, debido al crecimiento en la demanda.

La implementación de estrategias de ahorro energético y tecnologías eficientes no solo permiten un ahorro en costos energéticos, también permiten un mejor conocimiento de nuestro proceso que junto con el cambio de tecnología conlleva a la actualización constante, siendo así la mejora continua y alcanzado óptimos resultados en nuestra producción.
¿Qué debo hacer para empezar a ser eficientes?
¿Qué debo hacer para empezar a ser eficientes?
- Desarrollar una política energética que incluya el compromiso de los SGEn desde la alta dirección.
- Designar un representante de la dirección para dirigir la ejecución de las SGEn.
- Establecer un equipo de representantes de las principales áreas operativas de la organización.
- Decidir los límites del SGEn.
Una vez que se esté preparado y se quiera iniciar la implementación de un SGEn se debe:
- Llevar a cabo una revisión de la energía para identificar usos significativos, su consumo y oportunidades de mejora.
- Establecer una línea de base energética.
- Determinar los indicadores de desempeño energético para dar seguimiento a las mejoras de acuerdo con la línea de base fijada.
Con el aumento constante de la globalización, los estándares internacionales como la ISO 50001 son cada vez más comunes, por lo cual debemos estar preparados para estos cambios. Ser eficientes energéticamente dejó de ser una opción y se ha convertido en parte de la vida diaria. Mediante un correcto asesoramiento es posible implementar programas de eficiencia energética.
No olvides que nosotros te apoyamos para que puedas implementar un programa de eficiencia energética. ¡Contáctanos!
